Clarisa Leal: «La lírica no es ñoña»

Diego A. Farto
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Clarisa Leal es escritora

Clarisa Leal. - Foto: Pablo Lorente

Clarisa Leal lleva la literatura a flor de piel. Los nombres de los poetas escapan en esta conversación sobre su recital titulado Camino. Un paseo sonoro y recitado a través de los siglos.

¿Cómo llegó a la idea de salir al escenario para recitar poemas?

Tuve un aprendizaje desde pequeñita. He vivido rodeada de poetas, de libros dedicados, asistía a recitales desde muy pequeña. Sin darte cuenta, es un mundo que se te va metiendo y acabas amándolo. Por desgracia, en el ámbito escolar, la poesía y el teatro son dos grandes perdedores del sistema educativo. Si no hay un profesor que apueste por ese mundo y quiera darle la vuelta a los programas, los niños siempre reciben las mismas obras, siempre le hacen recitar los mismos poemas. Lo normal es que acaben odiándolo.

¿Qué ofrece al público?

Hago espectáculos muy cuidados, siempre con acompañamiento, bien de música o de poemas gráficos, porque la poesía en sí es difícil. Es un mundo muy complicado, pero muy agradecido.

¿Prefiere recitar su propia poesía o la de otros autores?

La de otro, mío he recitado alguna cosita, pero me da un poco de corte. Es mucha responsabilidad. Recitar lo de otros, ya lo es, pero recitar lo mío es aún más difícil porque la poesía es algo más intimista, al menos para mí. El teatro es otra cosa, siempre puedes elegir personajes de fuera, aunque utilices cosas de tu mundo, pero parece que puedes estar fuera. Además, a mí me cuesta mucho escribir, tengo que trabajar mucho.

¿Hay unos poetas más fáciles que otros a la hora de exponerles en un recital?

No porque la poesía tiene un música implícita, que todos sabemos que está ahí, pero es complicado descifrarla. Todo sabemos que leer poesía sin dar con su música es aburrido y cansino. Igual que las canciones de Federico García Lorca parece que son cuatro versos, dicho con todos los respetos, son tan difíciles como los poemas de Teresa de Jesús, tan místicos y tan elevados. Para mí, lo más difícil es llegar a esa comprensión lectora de la poesía para recitarla de una manera que suene natural.

Al combinar experiencias teatrales y poéticas ¿se alimentado unas de otras?

Siempre. Es una corriente hacia ambos lados para todo, incluso para dar un curso, para la vida diaria, en la que también hay poesía. Hay poesía a nuestro alrededor, lo que ocurre es que no la vemos, porque no la queremos ver. No hace falta estar enamorado, la lírica no tiene por qué ser ñoña. Hay muchos poetas que han hablado del amor, de muchas maneras, y no sólo se puede hacer poesía del amor, hay muchos temas.

¿Cómo son los recitales que prepara?

Es un recital con un guitarrista, Pepe Payá, un músico magnífico, que es el director del Jurado Internacional de Petrel, una ciudad vecina a Elda que reúne en un festival a los mejores guitarristas del mundo. Queríamos hacer un espectáculo diferente, que no fuera el típico de guitarras en el escenario, ni el típico de poesía con micrófono, sino que combinasen la poesía y la música para hacer un poco más atractivo. Lo que hemos hecho ha sido una selección de poemas del siglo XVI al siglo XXI, hemos cogido toda la poesía, hemos destacados diferentes autores y los hemos acompañado de una música de esos siglos.

¿Fue difícil hacer esa selección de diversas épocas, estilos y escuelas?

Agotador, lo que pasa es que a mí me gusta y es muy agradecido muy didáctico pasar de Teresa de Jesús a la poesía social. Fue un trabajo inmenso recopilar los libros de poesía necesaria. Y fíjate que en la época neoclásica no encontramos ningún poema que mereciera la pena.