Raúl García de Mateos (5-7-1982. Argamasilla de Alba) cuelga la bicicleta. «No quiero dejar este deporte arrastrado. Prefiero irme ahora, que todavía me veo con fuerzas», explica. Atrás queda casi una década como profesional en unos años durísimos para el ciclismo, tanto por los casos de dopaje como por la crisis económica. Nunca se sabrá hasta dónde podría haber llegado este corredor nacido en la llanura manchega, curtido bajo crudos inviernos y los rigores caniculares del verano, en el caso de haber sido ciclista en otros tiempos, donde los equipos abundaban y las carreras llenaban los calendarios.

«He disfrutado mucho con la bicicleta. Es mi vida, pero ya son muchos años y la cabeza se cansa», argumenta para convencerse de que ha tomado la decisión correcta, aunque en ocasiones el cuerpo le pida «un calentón», como admite utilizando la jerga ciclista.

Dentro del pelotón era conocido por sus largas fugas y su carácter combativo. De hecho, en la Vuelta a España 2007 fue el corredor que más kilómetros estuvo escapado. Por entonces, tenía 25 años y una carrera prometedora.

Pasó a profesionales desde la ya desaparecida sección de ciclismo del Barcelona. Su destino fue el Relax Fuenlabrada, de la mano de Jesús Suárez Cueva, estructura en la que permaneció las temporadas 2005, 2006 y 2007, disputando con el maillot rojo dos Vueltas a España.

La desaparición del equipo madrileño le dejó sin hueco en profesionales y tuvo que recalificarse un año como amateur. La oportunidad le volvió a llegar en 2009 junto a su hermano Vicente en otro equipo recién creado, el Andorra Grandvalira, que únicamente duró un año. A partir de ahí tuvo que recalificarse de nuevo como elite en el Superfroiz, donde ganó numerosas pruebas, tanto de un día como por etapas, incluido el Campeonato de España 2012.

(más información en la edición impresa)