La predicción que dan las cabañuelas para el año que viene es poco prometedora. Este antiguo método de observación que sirve para pronosticar el tiempo a largo plazó prevé que la lluvia vuelva a estar ausente en la mayor parte del año en la provincia, salvo en algunos periodos en la segunda quincena de febrero, marzo o abril, aunque sí lo hará en forma de tormentas y nieve, según el pronóstico que hace Santiago Heredia, uno de los 'hombres del tiempo' que continúa con la tradición de predecir el tiempo observando la naturaleza en los primeros doce días de agosto.
Heredia, a quien La Tribuna ya acompañó en la preparación de sus predicciones, se mostró poco optimista y expresó que «de aquí en adelante va a ser cada vez peor», en cuanto a lo extremo del clima en todo el planeta. «Cada vez cuesta más hacer las cabañuelas, porque el tiempo está cambiando y se está volviendo más inestable e impredecible». Sin embargo, sus pronósticos de mal tiempo son, en parte, responsabilidad de todos por la continua contribución al calentamiento global y por la deforestación de los bosques.
La nueva técnica adoptada por Heredia, la de tomar datos sobre la sensación térmica, le ha permitido aventurarse a dar predicciones en algunas fechas muy concretas, de modo que se pondrá a prueba su porcentaje de acierto del 80% en un radio de 150 kilómetros. Por otro lado, recuerda que los fenómenos atmosféricos de los que habla no tienen por qué darse igual en todos los puntos.
Las condiciones extremas del clima afectarán, inevitablemente, a la agricultura. Por ejemplo, la escasez de lluvia y el calor extremo adelantará la campaña de vendimia y las granizadas que prevé Heredia podrían perjudicar de manera considerable los cultivos de la provincia.
Heredia atribuye la carencia de lluvias a la deforestación que ha tenido lugar en los montes del norte de España. «Si los árboles atraen la lluvia y se están quemando muchas hectáreas durante este verano, se entiende que por ahí no van a entrar más lluvias. Es un círculo que no tiene fin y puede ir cada vez a peor, pero, ¿qué esperamos? Todo esto lo provocamos nosotros mismos», subraya.
el análisis. Los primeros meses del invierno de 2016, concretamente enero, se presenta desapacible y frío con temperaturas extremas, aunque en la segunda quincena se sucederán densas nieblas y heladas, con posibles nevadas del 20 al 22 de enero. En febrero se continuará con la misma tónica, con niebla y heladas, pero no será hasta la segunda quincena, ya pasado el Carnaval, cuando pueda llover o incluso nevar, en torno al día 22.
El mes de marzo seguirá con bajas temperaturas y viento frío, hasta la segunda quincena, cuando se celebra Semana Santa, cuando se sucederán lluvias y tormentas y es posible que caiga granizo en algunos puntos de la provincia. La primavera seguirá 'desaparecida' hasta mayo, ya que en abril el tiempo seguirá inestable y, según avisa Heredia, «con los paraguas preparados los días 9 y 11 de marzo», porque puede llover de manera abundante y también granizar en forma de tormentas. A final de mes el tiempo mejorará pero aún seguirá la inestabilidad.
Mayo seguirá con el mismo tono que el resto de la primavera, con cielos grises y ambiente fresco hasta el día 13, cuando el sol saldrá durante algunos días. No llegará para quedarse, sino que Heredia alerta de que del 15 al 22 puede haber alguna fuerte granizada por la región, aunque a partir de entonces el tiempo mejorará considerable.
El final de mayo apunta a un mes de junio ya totalmente veraniego, con temperaturas altas que llegarán a sus máximos en la segunda quincena. En cuanto a julio, esperan días «muy, muy calurosos» y posibles tormentas de granizo a consecuencia de ese calor.
Las temperaturas subirán aún más conforme avance el verano, dejando un mes muy parecido al de este año o incluso más cálido.
Esto hará que en agosto se produzcan varias tormentas y días de viento fuerte. Por suerte, según Heredia, «la segunda quincena será más agradable, aunque aún pueden sucederse algunas jornadas de mucho calor».
Septiembre se caracterizará por un clima revuelto, con días buenos, otros más desapacibles y un último tramo en que volverá a hacer su aparición la lluvia.
El otoño se hará presente en los primeros días de octubre, con predominio de cielos grisáceos, aunque hasta la segunda quincena no lloverá, e incluso puede hacerlo de forma intensa y con granizo en algunas ocasiones.
En los meses finales del año ya se podrá hablar de tiempo invernal, con una gran bajada de temperaturas en noviembre, a lo que habrá que sumar la llegada de lluvias y viento frío. Por su parte, diciembre será una prolongación del mes anterior, aunque Heredia apunta que será un mes que tardaremos en olvidar mucho tiempo. Las fuertes heladas, las temperaturas gélidas y el viento frío serán los protagonistas en la recta final del año.