Alrededor de 150 empleados y 31 sucursales de Banco Santander en la provincia de Ciudad Real están pendientes de la decisión de la dirección de la entidad bancaria al respecto de los ajustes que realizará en la plantilla y en su estructura, un ajuste anunciado el pasado jueves y que afectará, en principio, a cerca de 450 oficinas, alrededor del 10 por ciento de las que Banco Santander tiene en todo el país, y a un número de empleados que los sindicatos cifran, en una primera estimación, entre los 800 y el millar. Por el momento, desde Comisiones Obreras han solicitado a la dirección de la entidad bancaria una reunión a celebrar la próxima semana en la que pedirán al banco que detalle sus intenciones de ajuste, y especifique el número de trabajadores que se verán afectados y las sucursales que se cerrarán en toda España.
Según las cifras del propio sindicato, en la región hay unas 250 oficinas de Banco Santander en la que están empleadas alrededor de 800 personas. En la provincia, Santander cuenta con 31 sucursales que dan empleo a alrededor de 150 personas. «No sabemos cómo va a afectar el ajuste ni en la provincia ni en la región», reconoció a La Tribuna Brigi Soánez, responsable regional de banca en Comisiones Obreras, que sí que subrayó la «preocupación» del sindicato por el anuncio del recorte en una entidad «en la que no sobra gente precisamente».
La intención del sindicato es que esa reunión marque también el inicio de la negociación para tratar de minimizar los efectos de los ajustes de plantilla y de estructura, para tratar de buscar una salida «menos traumática que la del cierre y los despidos», afirmó Soánez, que apuntó que la intención del sindicato es «conseguir una política de flexibilidad y movilidad interna y lograr, sobre todo, que el ajuste de plantilla se realice a partir de bajas incentivadas».
Por el momento es poco lo que se sabe de los planes de la empresa, tal y como dijo la responsable regional de banca de CCOO, pero en la reunión con los sindicatos en la que se expusieron los planes de la entidad bancaria se dejaba entrever que las sucursales que podrían verse afectadas por el cierre serían aquellas de menor tamaño, aunque Banco Santander enfatizó en ese primer encuentro que seguirá teniendo presencia en aquellos lugares en los que se encuentra en la actualidad.
«No sabemos cuáles van a ser las sucursales que se cierren, pero tememos que las consecuencias es que el día a día de las sucursales que trabajen en red sea también muy complicado por la carga de trabajo», finalizó Soánez.