«Para disfrutar de una copa de vino, tenemos que enfrentarnos a ella sin complejos»

Marimar Cabrera
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La máxima responsable de la Asociación de Periodistas Agroalimentarios Españoles, Lourdes Zuriaga, reconoce que el consumo de vino se está popularizando, pero no oculta que queda mucho camino por recorrer.

La presidenta de la Asociación de Periodistas Agroalimentarios de España (APAE), Lourdes Zuriaga, apuesta por dejarse llevar con el vino, sin complejos, sin esperar mucho de unos caldos o poco de otros, mostrándose abierta a sorpresas. La periodista turolense defiende el valor de los productos naturales del territorio español, dentro y fuera de él, incluido el vino. Lo considera una bebida que «se está popularizando» aunque reconoce que «queda mucho por hacer», comenzando por la bajada de los precios en el sector de la restauración.

¿Nos daría un titular personal sobre el vino?

No me dejo mediatizar. Diría que, para probar un vino, hay que sentarse frente a una copa sin complejos. A veces, los pruebas y es fantástico, te sorprenden. Otros intuyes, al verlos, que es muy posible que te vayan a gustar. Aunque también diría que hay ciertos aspectos que garantizan que vas a tener una buena experiencia. Uno de ellos es la pertenencia a una denominación de origen. Sabes que van a cumplirse una serie de parámetros de calidad y están haciendo, en general, un buen trabajo.

¿Qué vino le viene a la cabeza De aquellos que estén cumpliendo ese buen papel?

He disfrutado recientemente de la II Cumbre Internacional del Vino en el Palacio de Congresos de Toledo, El Greco, y ahí he probado nuevos vinos que me han gustado mucho y que han sido una sorpresa, como los que se están elaborando en Noblejas o algunos vinos excepcionales de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Me gustan los vinos blancos y suaves, como los de la DOP Rías Baixas, y tomados en ocasiones excepcionales, en momentos de celebración. Soy ese tipo de consumidora.

¿El vino está considerado como un producto agroalimentario más, o va a parte?

Creo que debería estarlo, pero todavía no es así. La explicación es, fundamentalmente, cultural. El vino continúa asociándose a celebraciones y también al alcohol, cuando es el complemento perfecto. Yo misma lo suelo disfrutar en ocasiones señaladas y creo que esa concepción es bastante habitual. Pero sí creo que está en el camino de considerarse un producto agroalimentario más. El vino ha ganado prestigio frente a la bebida alcohólica y, en los últimos diez años, la cultura del vino ha cambiado mucho. Ha dejado de ser algo más propio de la élite para trasladarse al conjunto de la población. Podríamos decir que el vino se ha popularizado.

¿Qué es lo que ha provocado ese cambio?

Creo que una parte de esa evolución ha venido de las grandes campañas de difusión de la cultura del vino. A veces, los resultados de este tipo de acciones que buscan cambiar una imagen o poner en valor unas características llegan muy despacio. Pero es innegable que la percepción que se tiene del vino español es muy distinta a la de hace 30 años. Entonces, los vinos que no eran caros eran peleones. Ahora, puedes comprar un buen vino a un precio muy asequible y hacerte con grandes vinos  más elevados y que de igual forma puedes permitirte para según qué ocasiones. La media del vino está en un precio razonable y cuando la relación calidad-precio es buena, es más fácil que estos lleguen al mercado.

En ese proceso de cambio, ¿ha influido la internacionalización de los vinos españoles?

Es posible que para algunas personas, pero creo que, en general, todos sabemos si es bueno o malo, nos gusta o no, independientemente de lo que digan fuera. Puede ser un elemento más para su atractivo. Pero hay un ejemplo muy claro que evidencia que no es determinante, y es que los vinos que más se exportan no son los que más se venden en España. Eso sí, creo que el concepto del vino que se tiene en Europa de es muy diferente. A todos se nos viene a la cabeza el caso de Francia, donde es algo muy arraigado dentro de sus costumbres y gastronomía.

¿Cuáles son, entonces, los retos que tiene el vino por delante?

El sector ha superado muchos retos con éxito pero quedan todavía. El más importante es el de saber mantener la calidad a buen precio. Y esa meta la tiene ganada. Tenemos productos de magnífica calidad a precios muy competitivos. Ahora bien, el mundo del vino se enfrenta a un hecho: se consume más fuera de casa, por esa idea de celebración que nos lleva a probar por primera vez un vino en un restaurante, donde se multiplica hasta diez veces el precio que pagaríamos en la bodega. Pasa en las bebidas en general, cuando curiosamente no necesitan la elaboración que sí precisan los platos. En otros países, en Australia, Canadá y en el sureste asiático hay restaurantes en los que puedes llevar tu propio vino y te cobran por el servicio. El reto con el que nos encontramos es el de encontrar una unidad en el criterio.