«Algunas compañías estaban dispuestas a bajar su caché por actuar en Almagro»

M. Sierra
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Luciano García Lorenzo / Director del festival de almagro 1997-2004

Luciano García Lorenzo - Foto: / JUAN LAZARO

Una bicicleta, ese era el medio de transporte más utilizado por Luciano García Lorenzo cuando el sol calentaba en Almagro en el mes de julio, y «apretaba mucho», tal y como lo recuerda. De aquella imagen hace ahora ocho años, los mismos que hace que dejó su cargo como director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, cuando le pasó el testigo a Emilio Hernández. Menos tiempo necesitó para enamorarse de aquella ciudad, de su Corral y de sus gentes. Una pasión que el pueblo le devolvió como mejor sabía, haciéndole sentir uno más, algo que avala su título de Hijo Adoptivo de la villa, uno de los momentos más emotivos de su historia en la villa encajera. Aquel día comparte protagonismo, cada uno a su manera, con la boda de su hija «en el Claustro de los Dominicos y no en Madrid», afirma como si solo el hecho de recordarlo le devolviera a un pasado no tan lejano.

Su pequeña historia manchega, la que le liga a Almagro, echó a andar en Zamora, aunque él todavía ni se imaginaba lo que estaba por llegar. Fue justo en el momento en que optó por estudiar Letras y no Medicina, «que era lo que quería mi madre». En esta decisión «tuvo mucho que ver mi padre, que era corrector de un diario de Zamora», dice. También ayudó su paso por el Colegio Mayor San Juan Evangelista «que marcó mi vida universitaria y mi vida política en aquella España», la de la posguerra.

encuentro con Almagro. Desde ahí hasta que llega al Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, aunque no siempre en este orden, una licenciatura y un doctorado en Lenguas Románicas, un exilio voluntario a Estados Unidos, «por cuestiones políticas», y sus años en Madrid conviviendo con la vida teatral de entonces, especialmente con los escritores de teatro, hoy compañeros y amigos. Eso y, claro está, un descubrimiento, el del Corral de Comedias en 1952. (Más información en la edición impresa)