Médicos de Urgencias del Hospital General de Ciudad Real reclaman esta especialidad convencidos de que contribuirá a prestar una mejor atención a los pacientes.
Son la fuerza de choque. Están acostumbrados a hacer frente a situaciones difíciles y enfermedades muy graves: paradas cardiorrespiratorias, ictus, heridos en todo tipo de accidentes, tentativas de asesinatos ... El inicio de la pandemia del COVID-19 supuso una colosal prueba de fuego superada con sacrificio, voluntad y buen hacer. Se enfrentaron a algo totalmente nuevo sin evidencias científicas, en aprendizaje constante. Estos médicos no piden reconocimientos, «es nuestro trabajo; es como si se reconociera a un carnicero porque corta bien la carne», refiere uno de los facultativos de Urgencias del Hospital General Universitario de Ciudad Real para, a renglón seguido, remarcar que sólo piden la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias que pasa por ampliar la formación en este terreno de la Medicina.
Esta pretensión no es nueva, pero ha ganado más peso porque las urgencias y emergencias sanitarias han cobrado mayor protagonismo de un tiempo a esta parte y ahora atienden a «un volumen muy alto de pacientes», por lo que los facultativos creen que este servicio tiene entidad y contenido propios más que sobrados para la creación de esta especialidad diferenciada.
Los médicos que apoyan esta reivindicación son profesionales de larga trayectoria en este servicio hospitalario, algunos de ellos con experiencia en traslados interhospitalarios en el helicóptero sanitario. Son los que diagnostican la gravedad potencial del paciente que llega al hospital por Urgencias. Aseguran que el número de personas que ven cada día ha crecido los últimos años de forma exponencial.
Es un servicio «duro», se trabaja «sin parar» y «hay mucha variabilidad: a un esguince o dolencia en la garganta puede seguirle un infarto y luego llegar un dolor abdominal que puede ser una úlcera que está sangrando, un cólico biliar, un divertículo o algo más grave o simples gases». A ellos se suman los accidentes de tráfico, de trabajo o caza. Pero estos casos llegan con luces de aviso.
situación Crítica. De su lado, médicos urgenciólogos de Castilla-La Mancha alertan de que «la sobrecarga no ha disminuido» tras asegurar que la situación en los servicios de Urgencias continúa siendo «crítica», con profesionales sanitarios «exhaustos y sufriendo sus propias bajas médicas por COVID-19». De ahí, que vuelvan a reclamar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias para garantizar la seguridad de los pacientes y del sistema nacional de Salud. En un comunicado remitido a este diario, afirman que de seguir así, en los próximos años la población española no va a tener médicos para cubrir la cobertura demandada, ya que muchos estudiantes de Medicina que quieren ser especialistas en Urgencias y Emergencias se ven obligados a salir de España. El presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias de Castilla-La Mancha (Semes), el doctor Ricardo Juárez, asevera que «la crisis del sistema sanitario es muy grave y nuestro deber es recordar, ante las próximas decisiones gubernamentales, que el creciente problema de recursos humanos en la sanidad española no va a terminar con la nueva fase de control sostenido del COVID-19».
Esta especialidad sería un avance en la atención médica.